INGLATERRA… MI PRIMERA AVENTURA.

A finales del año 2.002 me concedieron una beca Erasmus mientras estudiaba Enfermería. Cuando nunca has salido de tu país, a la experiencia de viajar al extranjero se une la de viajar y estudiar sola, en un lugar recóndito que cuesta encontrar en un mapa: Kendal. Febrero de 2.003 era la fecha elegida.

En un año donde el mundo no estaba tan globalizado, estábamos acostumbrándonos al correo electrónico y utilizábamos «Europa 15» en lugar de wifi, viajar a Inglaterra era un sueño sólo posible gracias a un buen expediente académico, mucha ilusión y, sobre todo, apoyo familiar incondicional.

Preparar el viaje consistió en hacer maleta con ropa abrigadita y leer «The Rough Guide to Britain», una guía excelente que aún conservo con mucho cariño. Antes no había blogs, sino guías y mapas; viajar no era tan sencillo y frecuente ni estaba al alcance de tantos como ahora… y ni digamos a un pueblo perdido lejos de Londres.

El Westmorland General Hospital es un hospital comarcal que atiende a varios pueblos de la maravillosa Región de los Lagos, conocida como «Lake District«. Me alojé durante meses en una vivienda propia del hospital… Desconozco si aquí existe algo parecido, pero allí había unos bloques de viviendas donde podían alojarse estudiantes, personal sanitario y familiares de pacientes que vivían lejos… Era una gran solución para una zona rural, y para una estudiante como yo.

Aquí vivía yo, en uno de los pisos superiores… Al ver estos coches me siento aún más mayor.

Kendal es una pequeña ciudad conocida como «La entrada al Distrito de los Lagos». Es una ciudad pintoresca cuyas casas de caliza gris hacen que tenga un ambiente especial.

El Centro Cultural de Kendal

Aún se conservan las ruinas del Castillo donde nació la Reina Catherine Parr, la sexta y última esposa del famoso rey Enrique VIII. Publicó dos libros, algo extremadamente raro en la época, fue la valedora de Isabel, hija del rey con Ana Bolena y futura Reina Isabel I, y se casó hasta en cuatro ocasiones.

Y el río Kent, que hace que una niebla cubra la ciudad casi a diario en invierno.

Recuerden los abrigos «Michelin» que llevábamos hasta los pies… y lo abrigaditas que íbamos.

Se nota que aquí ya era Abril y hacía más calorcito.

Y su iglesia… No puede compararse con una gran catedral, pero tiene mucho encanto. Los días que hacía sol, todos en el pueblo íbamos a comer a su parte de atrás, donde hay un prado.

Siento la calidad de las fotos, pero hace 15 años aún utilizábamos cámaras con carretes de 24-36 fotos. Y yo era una jovencilla sin mucha experiencia fotográfica. La calidad al escanearlas no es la misma que la que tienen nuestras flamantes cámaras digitales, pero no me digan que no les entra algo de nostalgia al verlas.

Y por último, les diré que lo que más influye en que la experiencia sea inolvidable, es la gente que te rodea. A pesar de que los ingleses tenían fama de «cerrados», me topé con una realidad totalmente diferente. No sólo me incluyeron en el hospital, sino también en sus familias y reuniones de amigos, haciéndome sentir una más entre ellos. Encontré una familia en Colette, enfermera de urgencias, su marido Brian y sus hijos Charlotte, Mark, Emily y Andrew. Todos los departamentos en los que roté se volcaron en hacer mi estancia agradable y recomendarme sitios a los que ir. Incluso mi tutora de prácticas me dejó claro el primer día que no sólo era una beca para estudiar, sino también para aprender de la vida. Y por ello, 15 años después, sigo estándoles muy agradecida y recordándoles con cariño.

Colette y familia durante la visita de la mía en Semana Santa.

 

La planta 11, donde me enseñaron a trabajar en equipo y a socializar con mis pacientes, hasta el punto de ver con ellos partidos de fútbol.

Y en próximos post les hablaré de Edimburgo, Gales, York, el Distrito de los Lagos, Liverpool y cómo no, Londres.

Espero que les haya gustado.